¡Aclaremos los malentendidos! 10 respuestas para 10 preguntas habituales

1. ¿Los halcones pueden comer pájaros enjaulados?
No, nunca. Los halcones cazan exclusivamente pájaros en vuelo, nunca los que están posados o parados en el suelo, y menos aún los que están dentro de jaulas. Además, aunque hipotéticamente cambiaran sus hábitos de caza, nunca podrían capturar pájaros enjaulados puesto que sus garras son demasiado gruesas para poder pasarlas entre los barrotes. Hay en la ciudad, no obstante, un mínimo de 4 especies que pueden hacer presa en los pájaros enjaulados, a saber, el cernícalo, la gaviota patiamarilla, la urraca y el gato.

2. ¿Los halcones atacan animales domésticos?
No, nunca. Los halcones no se alimentan jamás ni de mamíferos, ni de peces, ni de reptiles. Los halcones sólo se alimentan de las aves que cazan en vuelo, y por tanto, nunca de animales enjaulados.

3. ¿Los halcones atacan a las personas?
No, nunca. Bien al contrario, el ser humano es un enemigo potencial del halcón, motivo por el cual esta rapaz lo teme y le guarda siempre una distancia prudencial. Los halcones cazan exclusivamente pájaros en vuelo, nunca los que están posados o parados en el suelo, y menos aún los que están dentro de jaulas.

4. ¿Los halcones pueden convertirse en una plaga como la de las palomas?
No, imposible. El halcón es un animal de comportamiento estrictamente territorial, lo cual hace que una pareja de halcones no tolere la presencia de otros congéneres dentro del ámbito de su territorio. Si tenemos en cuenta que un territorio del halcón en época reproductiva abarca un superficie de 3 km2 y que el territorio urbanizado de Barcelona es de 79 km2, podemos deducir fácilmente de ello que la ciudad no podrá acoger más de 26 parejas.

5. ¿Se ha reintroducido el halcón peregrino para eliminar las palomas de Barcelona y solucionar los problemas que causan?
No, su reintroducción tiene como objetivo principal recuperar una especie que había criado en la ciudad hasta principios de los años 70 del siglo XX y que fue extinguida por causa de la presión humana. No obstante, el halcón, gran consumidor de palomas, hace que, en los alrededores donde una pareja se ha establecido, la población de palomas se reduzca, ya sea por su captura, ya sea porque huyen ante su presencia.

6. ¿Qué hace un halcón en una ciudad? ¿No viviría mejor en el bosque?
Los halcones ya criaban en las ciudades europeas, como mínimo, desde la Edad Media, cuando no era extraño que ocuparan lo más alto de campanarios de basílicas y catedrales. Los halcones, especie cosmopolita, viven allá donde puedan encontrar alimento (aves de mediano tamaño) y acantilados donde hacer el nido y atalayar su territorio. Las ciudades, antes y ahora, les proporcionan multitud de edificios que hacen la misma función que los acantilados naturales. Además, la ciudad, incluso más que antes, suministra a los halcones abundantes recursos alimenticios, más que los que encontraría en el medio natural. En las ciudades viven muchas aves (palomas, estorninos, tórtolas turcas, cotorras, etc.) que forman parte de la dieta del halcón y que a su vez se alimentan de los restos de comida que encuentran por doquier. La ciudad, en definitiva, es un ecosistema más favorable para el halcón que los bosques, donde no hay ni tantas aves ni oportunidad para capturarlas, dado que los árboles lo impiden. Por otra parte, los halcones no crían nunca en árboles.

7. ¿Y si el halcón se extinguió de la ciudad, por qué no dejamos que la naturaleza siga su curso?
El halcón no se extinguió de la ciudad por causas naturales (falta de alimento, destrucción de hábitat o competencia con otras especies) sino por causa del ser humano. Fueron personas quienes eliminaron la última pareja barcelonesa y su descendencia en una época en que no sólo matar un halcón no era delito, como es ahora, sino que se fomentaba su captura. Por tanto, es responsabilidad de la ciudadanía reponer un valioso elemento natural que fue hecho desaparecer deliberadamente.

8. ¿Si se liberan halcones, no se podrían liberar también águilas o lobos en Barcelona?
No es lo mismo. El halcón es una especie que tiene en la ciudad un hábitat idóneo, mientras que águilas o lobos no lo tienen. El halcón vive muy bien en la ciudad, donde encuentra alimento y edificios altos para hacer el nido. Las águilas, por ejemplo, no encontrarían ni el ramaje grueso de grandes árboles para colgar su nido ni conejos para alimentarse, mientras que los lobos tendrían una movilidad muy comprometida debido al tráfico, difícilmente podrían construir sus madrigueras y sólo en las carnicerías podrían encontrar su alimento preferido. En resumen, reintroducir halcones en la ciudad -un medio óptimo para la especie- tiene una lógica que no tendría para otras especies.

9. ¿Es necesario dedicar recursos económicos para una especie que se extinguió?
Sí, el halcón era un elemento emblemático del patrimonio de la ciudad de Barcelona que desapareció por culpa de la presión humana. Su extinción significó una pérdida patrimonial importante. La restauración del patrimonio natural perdido es similar a la restauración del patrimonio arquitectónico o histórico, por tanto, responsabilidad de toda nuestra sociedad y por ende, de sus gestores públicos. En definitiva, corresponde a nuestra sociedad restaurar el patrimonio natural perdido por la actuación contraria de algunos elementos que la conforman.

10. ¿Se han liberado más de 40 halcones y sólo quedan 4 parejas? ¿Y las otras donde están?
La técnica de reintroducción ha consistido en soltar pollos de halcón en la ciudad con la intención de que estos se adapten. Como ocurre con los halcones nacidos en la naturaleza, algunos pollos se mueren (cerca del 50% durante el primer año de vida) y otros marchan lejos del territorio donde nacieron. Por este motivo, se libera un número elevado de pollos para que, descontados los que desaparecen del medio urbano, ya sea porque mueran o migren, puedan quedar los suficientes como para establecer una población nidificante.